FE EN LOS HOMBRES
Me enamoré de la verdad.
Vistiendo su ropaje transparente,
salí a su encuentro.
La gente me decía:
-¿Dónde vas, loca?¿Tus ojos están ciegos?
Tu alma va desnuda por la vida.
Me pasó como a aquel rey del cuento:
¡ De mí todos a una se reían!
Me enamoré de la justicia.
Un día , salí a buscarla, con los ojos abiertos.
En su balanza pesaba las acciones:
esto malo,esto bueno.
Como llevaba una venda en los ojos,
las mezclaba con oro.
La balanza hacia el oro se inclinaba.
Los miserables, por su causa, sufrían.
Los poderosos reían y reían...
Me enamoré del amor.
Salí a la vida
en busca de los hombres, mis hermanos.
Mi corazón, como flor encendida,
les ofrecí,
pero ellos no querían, no querían...
¿Cuál es tu precio en oro? me decían
y pasaban de largo y se reían,
Con la fe en mí misma y, en los hombres,
maltrecha, seguí adelante.
De pronto, cierto día,
una noticia escueta:
"Han matado, en Zaire,
a cuatro misioneros".
Modernos lohengrines en busca del Grial
de la bella utopía.
Su corazón, manantial de amapolas,
lo quebró el odio.
Y todo un río de luz
bañó un mundo mendaz,
injusto y egoísta.
Y, por breves instantes, lo alumbraron
el amor, la verdad y la justicia...
Refulgente, en mi ensueño,
aparecía el Grial de la bella utopía.
Y, por fin, era yo quien sonreía.