HOJAS DE AMISTAD

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Toma mi mano abierta,
te ofrece la amistad.
Creo en tí, eres mi hermano
y no sé qué es odiar.

Funde el silencio helado
en cálido apretón.
Dame tu mano amiga
para que brille el sol.

domingo, 4 de julio de 2010

DISTINTOS SILENCIOS


Dentro de un único silencio, hay muchos silencios:

El silencio egoísta que no escucha.
El silencio del orgullo que desprecia.
El silencio de gesto displicente que hiere la autoestima.
El silencio cobarde ante la injusticia y que mira a otro lado.
El silencio del miedo ante el diferente a quien combate.
El silencio para castigar la ofensa, negando la palabra.
El silencio de la envidia, para negar el mérito del otro.
El silencio de aquiescencia adulador.
El silencio ante el corrupto al que venera.
El silencio ante el necesitado al que no ayuda...
Son silencios perversos que matan la palabra

El silencio ante el dolor y que acompaña.
El silencio ante la ofensa y que perdona.
El silencio que escucha atento al otro y le comprende.
El silencio que admira la obra del artista.
El silencio ante el amor, cuando se siente.
El silencio ante el diferente, al que acoge.
El silencio ante la vastedad del mar que nos arrulla.
El silencio ante la nieve silenciosa.
El silencio ante la magia del hayedo.
El silencio ante la grandiosidad de la montaña.
El silencio ante los miles de estrellas de la noche...
El silencio para escuchar a Dios que así nos habla.






jueves, 1 de julio de 2010

EL SILENCIO

Imagen tomada de la Red.


Es muy importante la comunicación, poder entendernos con la palabra con nuestros semejantes.
El lenguaje es muy valioso sin duda alguna, pero el silencio, atento con aquellos que nos están hablando, no es menos importante para poder entendernos.

Todos tenemos, o hemos tenido alguna vez, la desagradable sensación de que, lo que estamos diciendo a nuestro interlocutor, no es escuchado y mucho menos oído porque él sólo se escucha a sí mismo y cuando nosotros le respondemos, ya está pensando lo que nos va a decir a continuación, su respuesta, que no es en modo alguno,la respuesta a lo que le decimos sino a su propio egoísmo.Por eso, todos valoramos a la persona comprensiva que sabe escucharnos.

Igualmente, cuando nos hallamos ante lo verdaderamente transcendental-una obra de arte, la belleza grandiosa de la Naturaleza, el amor, Dios...-suele ser más elocuente el silencio que la palabra.

Y si deseamos llegar al conocimiento de nosotros mismos, el silencio, la meditación y la introspección son los medios que deberemos usar.

Basándome en estas reflexiones, he escrito el siguiente poema:

¡En silencio!
le dice el haya a la brisa
que quiero escuchar absorta
las campanas de tu risa.

Y la brisa,
acariciando sus hojas,
hace que el haya se sienta,
del bosque, la más hermosa.

¡En silencio!
Así vive el eremita,
porque busca dentro y fuera
a Dios, centro de su vida.

¡En silencio!
El hombre consigo mismo,
para conocerse a fondo,
se adentra en su propio abismo.

¡En silencio!
Cuando la Belleza pasa,
cuando nos llega el Amor,
cuando Dios roza las almas.

¡En silencio!

Autora: Mª Teresa García Gutiérrez